Aprender de la victoria resulta tan sencillo, tan fácil, que al final descubres que detrás de ella el único aprendizaje que hay es darte cuenta de lo que tuviste.
La cuestión no es aprender de la virtud, que también, pero la clave es aprender de los errores, las decepciones, las derrotas. Entonces cuando un titulo, etiqueta tu trabajo de sobresaliente valoras todo el camino que has realizado hasta conseguirlo. Y lo difícil que es repetirlo una y otra vez.
Algo así le ha pasado esta temporada al Barcelona, igual que la anterior, donde una semana mala, o quizás el exceso de confianza de haber dominado hasta entonces a su antojo Europa, España, y estar arropado de títulos, y éxitos les llevo a naufragar ante el Caja Laboral.
Este año a pesar de que las dificultades y obstáculos que salían por el camino eran mayores, lesiones, el gran estigma de los deportivas y del deporte en general, los títulos llegaban, la etiqueta de sobresaliente volvía a ser su envoltorio, a quizás un juego menos regular e igual de excelso por momentos que el del año pasado. Copa Catalana, Supercopa, Copa del Rey y con las ganas de repetir una hazaña que lleva mucho tiempo sin hacerse, conquistar la Euroliga dos años consecutivos, y con el aliciente de una Final Four en casa, pero delante estuvo o una semana mala como la temporada anterior, o quizás y más seguro un gran equipo, el Panathinaikos de un Obradovic mayúsculo una vez más en la dirección desde el banquillo. Un intelectual del Olimpo de este deporte, al menos en Europa.
Y la vida al final en cierta manera es igual para todos, o quizás sus lecciones, su aprendizaje, aprender de esos pretéritos imperfectos, para crear un futuro mejor, más acorde a los deseos que todos llevamos dentro. Así queriendo aprender de su pasado, y no dejarse devorar por los malos momentos, quisieron conjugar todas las dificultades de este año en un objetivo, la liga ACB, y de nuevo recobrando la esencia excelsa que había alcanzado por momentos, y periodos (algunos más largos que otros) durante estas dos últimas temporadas se alzaron con un titulo merecido, y necesario, para saborear y disfrutar de mejor manera del presente y del próximo futuro.
El final de temporada ha traído despedidas, y con ellas también el comienzo de nuevas eras, Ricky Rubio ha decidido irse a Minnesota, tras dos temporadas en el Barcelona donde lo ha ganado todo, quizás no ha sido el jugador que se esperaba, y su proyección de galáctico de este deporte haya quedada llena de interrogativos, pero todavía tiene todo un camino por delante para descubrir lo que puede llegar a ser, tan solo es cuestión de confiar en él y tener paciencia.
Por otro lado se ha despedido de la selección Garbajosa, quizás el cuatro más inteligente que ha vestido la camiseta de la selección española, y donde una maldita e inoportuna lesión y sus ganas de anteponer su deseo de representar a España por encima de sus intereses personales le llevo injustamente a unos últimos años donde por momentos creo que ha sido maltratado y apabullado por algunos comentarios y criticas sin orden ni concierto. Que frágil es la memoria, y que injusta ha sido con él. Ojalá todas esas voces discordantes y dañinas hacia su trabajo alguna vez se den cuenta de su error y el tiempo le ponga en el lugar donde se merece, entre los más grandes jugadores que ha habido en España.
El titulo de este post decía entre otras cosas, próxima parada Lituania, con la inseguridad y temores que me sigue creando Scariolo (no porque crea que sea mal entrenador, sino porque no puedo dejar de olvidar a Pepú) pero con la tranquilidad de saber que estará de nuevo Pau, Navarro, Marc, Rudy, Calderón y compañía juntos, confío en los quince elegidos y creo que son una elección perfecta, ahora a esperar que la burocracia no lastre las opciones de ver a Ibaka acompañando a estos grandes jugadores, y que el maldito estigma de este deporte, no haga mella en ellos, si llegan físicamente en plenitud de condiciones nadie duda de que habrán aprendido de sus pretéritos imperfectos propios, conjuntos y que encontraran el camino para que al final en Septiembre la etiqueta de sobresaliente valore su trabajo, y vuelvan a disfrutar y hacernos disfrutar de un presente y un futuro próximo lleno de ilusiones y éxitos.
La cuestión no es aprender de la virtud, que también, pero la clave es aprender de los errores, las decepciones, las derrotas. Entonces cuando un titulo, etiqueta tu trabajo de sobresaliente valoras todo el camino que has realizado hasta conseguirlo. Y lo difícil que es repetirlo una y otra vez.
Algo así le ha pasado esta temporada al Barcelona, igual que la anterior, donde una semana mala, o quizás el exceso de confianza de haber dominado hasta entonces a su antojo Europa, España, y estar arropado de títulos, y éxitos les llevo a naufragar ante el Caja Laboral.
Este año a pesar de que las dificultades y obstáculos que salían por el camino eran mayores, lesiones, el gran estigma de los deportivas y del deporte en general, los títulos llegaban, la etiqueta de sobresaliente volvía a ser su envoltorio, a quizás un juego menos regular e igual de excelso por momentos que el del año pasado. Copa Catalana, Supercopa, Copa del Rey y con las ganas de repetir una hazaña que lleva mucho tiempo sin hacerse, conquistar la Euroliga dos años consecutivos, y con el aliciente de una Final Four en casa, pero delante estuvo o una semana mala como la temporada anterior, o quizás y más seguro un gran equipo, el Panathinaikos de un Obradovic mayúsculo una vez más en la dirección desde el banquillo. Un intelectual del Olimpo de este deporte, al menos en Europa.
Y la vida al final en cierta manera es igual para todos, o quizás sus lecciones, su aprendizaje, aprender de esos pretéritos imperfectos, para crear un futuro mejor, más acorde a los deseos que todos llevamos dentro. Así queriendo aprender de su pasado, y no dejarse devorar por los malos momentos, quisieron conjugar todas las dificultades de este año en un objetivo, la liga ACB, y de nuevo recobrando la esencia excelsa que había alcanzado por momentos, y periodos (algunos más largos que otros) durante estas dos últimas temporadas se alzaron con un titulo merecido, y necesario, para saborear y disfrutar de mejor manera del presente y del próximo futuro.
El final de temporada ha traído despedidas, y con ellas también el comienzo de nuevas eras, Ricky Rubio ha decidido irse a Minnesota, tras dos temporadas en el Barcelona donde lo ha ganado todo, quizás no ha sido el jugador que se esperaba, y su proyección de galáctico de este deporte haya quedada llena de interrogativos, pero todavía tiene todo un camino por delante para descubrir lo que puede llegar a ser, tan solo es cuestión de confiar en él y tener paciencia.
Por otro lado se ha despedido de la selección Garbajosa, quizás el cuatro más inteligente que ha vestido la camiseta de la selección española, y donde una maldita e inoportuna lesión y sus ganas de anteponer su deseo de representar a España por encima de sus intereses personales le llevo injustamente a unos últimos años donde por momentos creo que ha sido maltratado y apabullado por algunos comentarios y criticas sin orden ni concierto. Que frágil es la memoria, y que injusta ha sido con él. Ojalá todas esas voces discordantes y dañinas hacia su trabajo alguna vez se den cuenta de su error y el tiempo le ponga en el lugar donde se merece, entre los más grandes jugadores que ha habido en España.
El titulo de este post decía entre otras cosas, próxima parada Lituania, con la inseguridad y temores que me sigue creando Scariolo (no porque crea que sea mal entrenador, sino porque no puedo dejar de olvidar a Pepú) pero con la tranquilidad de saber que estará de nuevo Pau, Navarro, Marc, Rudy, Calderón y compañía juntos, confío en los quince elegidos y creo que son una elección perfecta, ahora a esperar que la burocracia no lastre las opciones de ver a Ibaka acompañando a estos grandes jugadores, y que el maldito estigma de este deporte, no haga mella en ellos, si llegan físicamente en plenitud de condiciones nadie duda de que habrán aprendido de sus pretéritos imperfectos propios, conjuntos y que encontraran el camino para que al final en Septiembre la etiqueta de sobresaliente valore su trabajo, y vuelvan a disfrutar y hacernos disfrutar de un presente y un futuro próximo lleno de ilusiones y éxitos.
Esta claro que la vida es una serie de acontecimientos que poco a poco hay que ir superando. Simplemente hay que seguir adelante aunque solamente sea por curiosidad.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras en mi blog.
Un placer tenerte.
Un saludo
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