viernes, 1 de abril de 2011

PINTURAS ABSTRACTAS



Este año el lienzo de la Euroliga está dejando una final four abstracta. De los cuatro que partían con ventaja de campo en los playoofs tres se han quedado fuera, e incluso los tres después de ganar el primer partido.

Es muy difícil explicar a alguien que vio el primer partido, donde dejas a tu rival con tan solo nueve puntos en los primeros veinte minutos, que lo acabas humillando, igual que si te estuvieras burlando del tonto de la clase. Que una semana y dos días después ese mismo equipo te ha ganado tres partidos consecutivos. Papoloukas y compañía todavía deben de estar preguntándose demasiadas cosas....

El Caja Laboral hizo los deberes en el primer partido, en el segundo no supo rematar la faena. Se paso de frenada y fue a Israel con las intenciones al menos de robar una victoria. En cambio se ha llevado dos baños que dejan al equipo con demasiados estigmas, y a Ivanovic quizás en una posición no muy agradable.

Más doloroso es lo del Barcelona, seguramente porque aún me duele. La fiesta este año era en su casa, esa Final Four, el cartel de favoritos, y unos resultados que iban en paralelo al año pasado donde se coronaron reyes de Europa. Esta semana llegaron a Atenas, y Obradovic, ese cerebro hecho para desarrollar ecuaciones que solo él conoce sobre un parquet y vuelve loco al rival, tan solo necesitaba un ejecutor, y en esta eliminatoria lo encontró en Diamantidis, excelso el griego. El Barca se perdió, nunca encontró su compostura, nunca dio con los pases de baile adecuados para seguir el ritmo de la música, le llevaban, y a este equipo no le gusta sentirse arrastrado, y al final en los últimos diez minutos se derrumbo, levanto los brazos y dijo adiós a aquel sueño de verano que todos querían alcanzar. Jugar la Final Four en casa.

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