martes, 14 de junio de 2011

CUESTIÓN DE CONFIANZA

Es la llave para abrir muchas puertas, la confianza. Entre ellas la de la victoria. No se puede ganar sin creer, sin tener fe en tus posibilidades, sin trabajar esas variantes.

Al final el miedo fue tan solo un mero espejismo, de una gran final, pero en la recta final apareció la confianza, los hombres de Dallas la tuvieron, creyeron en sus posibilidades, y construyeron un engranaje técnico que anulo la confianza de sus rivales, especialmente de Lebron James, desapareció, ni tan siquiera un triple doble suyo fue suficiente para salvar su actuación en los tres últimos partidos. Todos nos quedamos esperando más.

En cambio Terry, Barea, Marion, Chandler, Nowitzki, Kidd y compañía supieron hacerse con el elixir de la victoria, una confianza aterradora, impresionante, creyeron, y consiguieron su primer anillo, un anillo justo y merecido.

Una final de estudio, dos estilos encontrados, seis partidos raros por momentos, impredecibles, lleno de ajustes, variantes, que al final encontraron la repuesta en la estrategia que aplico Dallas, una labor de banquillo exquisita, producto de una inteligencia y de una experiencia que se sobrepuso a la juventud de su rival, a la arrogancia de esta, y manifestó que el baloncesto es mucho más que tan solo físico, y tener un cuerpo privilegiado, ya sea moldeado por horas de gimnasio, o mutado por unos genes que últimamente define y dicta muchas de las imágenes y superficies de esta modernidad aplicada al siglo XXI.

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