domingo, 13 de septiembre de 2009

DE VUELTA DE UN SUEÑO A LA CRUDA REALIDAD

Ya he vuelto de Varsovia, y han sido tantas las emociones, opiniones y cosas que quiero contar que me va ser difícil hacerlo todo en un post. Principalmente porque el torneo avanza mucho más deprisa que la capacidad material que tengo yo para ir al día a día. Así que lo que haré será conjuntar pasado y presente. Hablar de fantasmas que parecían olvidados hace un par de días, y ayer desgraciadamente volvieron, y comentar que hay pocas cosas más fantásticas que el ambiente que mueve el baloncesto.


Por suerte tuve la oportunidad de encontrar entradas gratuitas tanto para el enfrentamiento contra Serbia, como el enfrentamiento contra Gran Bretaña. Del primer partido que decir que ya no se haya dicho, los aficionados que nos encontrábamos por el pabellón nos mirábamos las caras y no nos lo explicábamos. ¿Qué había pasado? ¿Acaso nos han echado un mal de ojo? ¿Esto es realidad o pesadilla? Los rostros desencajados, y las únicas palabras que surgían de los valientes que se habían atrevido a recorrer más de tres mil kilómetros para disfrutar de esta maravillosa selección eran “es uno de los peores partidos que recuerdo en mucho tiempo” Cuanta razón tenían. Llego el segundo partido y el rival parecía el idóneo para reponerse y dejar los fantasmas guardados en el armario y con llave. Pero mira por donde se ve que en este torneo hemos venido a cumplir alguna penitencia que estaba escrita a saber donde.........y nos toco sufrir, y mucho. ¡Incluso llegamos a estar eliminados! Pero nos antepusimos a los presagios más oscuros y negros que estaban escritos sobre nuestro nombre y acabamos ganando. Llegando así a un tercer día que sin quererlo se convirtió en casi casi una especie de final, por supuesto nada planificada. Allí estábamos ante un rival alentado por una afición espléndida. Nos duplicaban, triplicaban, cuadriplicaban, en fin que eran muchísimos más que nosotros. Aun así entre todos y una parte de la afición española (no toda, resulto imposible) unimos fuerza en una esquina del campo. Y con nuestras bocinas, con nuestros colores rojo y amarillo, pero sobre todo con las ganas de animar a este gran equipo, gritamos, cantamos e intentamos dar ese empujoncito que le faltaba a la selección. Y doy fe de ello que en cierta manera lo conseguimos. Se vio un gran partido, de esos que hacen época, con prorroga, canastas polémicas, juego brillante por momentos, y la mejor versión de algunos de nuestros jugadores. Al final, y para no faltar a la cita con el sufrimiento acabamos ganando en el periodo extra. El ambiente ya era diferente, de nuevo se notaba que se volvía a creer en esta selección, habían risas, y ya nadie se acordaba de los que no están. Un buen síntoma. Luego a esperar a que salieran los jugadores para animarles y aplaudirles por el trabajo bien echo. Por cierto no tan solo en este partido, sino en los dos anteriores se fue a felicitar y dar ánimos a los jugadores, de nuevo y una vez más demostrando la maravillosa afición que se ha dado cita en Polonia Este partido nos sirvió para respirar hondo, y coger fuerzas. Y como no, a celebrarlo con unas cervecillas, junto a unos aficionados eslovenos para quitarse el sombrero, que majos son los chicos, porque chicas habían (muy guapas por cierto) pero menos.


Pero ayer, ya de vuelta en Wroclaw, sin la magia de vivir el encuentro dentro del pabellón, sin estar rodeado o junto a la maravillosa afición española, y delante de la frialdad que es un televisor. Volvieron a rondar fantasmas, miedos, imprecisiones, tensiones, si, que se les vio con ganas. Pero con el potencial que tenemos, tan solo quedarnos en 60 míseros puntos. Es muy triste. Lectura positiva, pudimos ganar el partido hasta el último segundo y aun dependemos de nosotros mismos para pasar a cuartos de final. Lectura negativa, se ha abierto la caja de Pandora, y esta vez los fantasmas revolotean a su libre albedrío alrededor de la selección y eso no parece un buen presagio. Aun así estoy convencido, que estos chavales, se repondrán, nos harán sufrir todavía aun más si cabe, pero saldrán a flote, y de aquí una semana estaremos todos frenéticos, nerviosos, tensos, pero contentos y alegres por saber que estamos de nuevo jugando una final del eurobasket pero esta vez ganándola. ¡Animo y a por ellos!




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